Historia

Sobre nuestra tienda

Ubicada en el corazón de Alhaurín el Grande, en la encantadora comarca del Valle del Guadalhorce, Confitería Pastelería Guzmán lleva más de 60 años endulzando la vida de sus vecinos y visitantes. Fundada como un pequeño obrador familiar, esta confitería ha sido fiel a sus raíces, manteniendo la tradición artesanal en cada receta y evitando el uso de aditivos o conservantes. Su compromiso con la calidad y el sabor auténtico ha hecho de sus dulces un verdadero emblema de la repostería malagueña.

Entre sus especialidades, los bollos de aceite, borrachuelos, roscos, pestiños y torrijas han conquistado a generaciones de clientes. Sin embargo, son las Tortas de Guzmán y el Bollo de Aceite los que se han convertido en los auténticos símbolos de la casa, conservando ese inconfundible sabor de antaño.

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Bajo la dirección del maestro pastelero Juan Antonio Guzmán, este negocio no ha dejado de evolucionar. A los dulces “de toda la vida” se han sumado nuevas creaciones, en las que las técnicas más modernas se fusionan con la tradición para ofrecer tartas personalizadas, servicio de catering y hasta fuentes de chocolate. Guzmán sigue innovando, siempre fiel a su filosofía de respetar el sabor auténtico y la calidad que lo caracterizan.

Aunque los hijos de Juan Antonio han tomado diferentes caminos profesionales, una nueva generación se perfila en el horizonte. Su nieta mayor, Daniela, ya muestra un vivo interés por el oficio, y el abuelo, emocionado, ve en ella la esperanza de que el legado familiar perdure. Confitería Pastelería Guzmán no es solo una pastelería; es un rincón de sabores y recuerdos, un homenaje a las recetas de nuestras abuelas, y un compromiso con el buen hacer. Por ello, quienes prueban sus productos no tardan en decir: “tortas locas hay muchas, pero como las de Guzmán, solo hay una”.

ALTA CALIDAD

PRODUCTO ARTESANAL

VARIEDAD

TRADICIÓN E INNOVACIÓN

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